Restauración Paisajística

Composiciones de semillas para la revegetación de ecosistemas naturales degradados

Ventajas de la resturación paisajística

Antes de tomar cualquier decisión en un proyecto de restauración medioambiental o de espacios naturales, conviene llevar a cabo un estudio muy detallado, de las variables ambientales (clima, suelo, topografía, flora, proximidad de la vegetación natural, etc.) que condicionan la zona a restaurar.

Ésta prospección de factores climáticos, topográficos, edáficos y paisajísticos, junto con los conocimientos específicos en materia de flora silvestre y la experiencia acumulada en mas de 25 años de trayectoria profesional en asesoramiento y realización de más de 300 proyectos de este tipo en España, nos permite asesorar de manera muy precisa, sobre la elección de las mejores composiciones de semillas de especies vegetales silvestres, así como las medidas más adecuadas respecto a su aplicación para garantizar la viabilidad y rentabilidad económica de éste tipo de proyectos de restauración y revegetación.

Revegetación y restauración paisajística por zonas edafoclimáticas

Regiones Occidentales Peninsulares

Región amplia comprendida entre el Norte de Portugal y el Suroeste de Andalucía, hasta las regiones más frías de la meseta de Zamora, Salamanca y el noreste de Portugal.

Presenta una pluviometría media de 500 mm, estando irregularmente distribuida, con inviernos húmedos y no excesivamente fríos y veranos muy cálidos y secos. Presenta una litología predominantemente silícea, constituida mayormente por granitos, lo que determinan los tipos de suelos, generalmente de carácter ácido.

Regiones Orientales Peninsulares

Región del sureste y levante peninsular con precipitación media anual por debajo de los 400 mm, con periodos prolongados de sequía y frecuentes lluvias torrenciales de carácter estacional. Los suelos del levante sureste peninsular tienden a ser neutros, de carácter calizo.

Norte peninsular y Cornisa Cantábrica

Región edafoclimática caracterizada por suelos muy ácidos y clima muy húmedo, con una precipitación media anual superior a los 1000 mm anuales.

Comprende toda la Cornisa Cantábrica desde el pirineo occidental hasta el litoral atlántico gallego, incluyendo País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia, y zonas húmedas del norte castellanoleonés.

Mesetas peninsulares y Valle del Ebro

Estas mezclas de revegetación se ajustan a las necesidades y características del interior mesetario ibérico, caracterizado por una división de la misma en función al clima predominante y las cualidades edafológicas de las mismas.

Al sur, la anterior región limita con la otra subdivisión mesetaria, propia de áreas de Extremadura, Andalucía Occidental y suroeste castellano-manchego, de suelos predominantemente ácidos y un clima de características mediterráneas continentalizadas.

Zonas de Montaña

Las zonas montañosas se caracterizan fundamentalmente por presentar una elevada pendiente y complejidad orográfica, que condiciona las actividades productivas, y por el duro clima, extremo en invierno y mucho más suave en verano.

Este hecho determina el tipo de revegetaciones que pueden hacerse, ya que la elevada pendiente deriva en un alto riesgo de erosión, por lo que se aconseja que las siembras se realicen con poco o nulo laboreo.

Zonas de Litoral

Desde hace algunos años, y debido a la presión ejercida sobre el litoral de nuestro país, se ha hecho necesaria la actuación, tanto pública como privada, de cara a preservar los ecosistemas naturales de nuestro litoral, a través de actuaciones de conservación y revegetación con especies autóctonas.

Todo ello, y junto al mayor conocimiento de los profesionales paisajistas, y su apuesta por el uso en el ajardinamiento de zonas costeras con las mismas especies presentes en dichos entornos, ha hecho posible que la oferta de semillas de este tipo de especies, haya ido en aumento en los últimos años.

Suelos Yesíferos y Margosos

El manejo de suelos margosos supone un interesante e importante reto en la gestión ambiental, ya que la naturaleza de este tipo de perfil edáficos, generalmente asociados a zonas de cultivo intensivo, muy degradados, requiere una intervención integral de los mismos, que se hace urgente ante los graves problemas que suelen venir asociados. El natural empobrecimiento de este tipo de suelos, intensificado por las labores agrícolas, tiene en la aparición de regueros y cárcavas, los primeros síntomas de un problema de transformación del paisaje mucho mayor.

Zonas Salinas (Halófilas)

Los suelos salinos, y en general, todo tipo de áreas de alta salinidad, suponen un interesante reto en la restauración ambiental, debido al problema de la presencia de sales en la estructura del suelo causan la expansión de las arcillas y la dispersión de las partículas finas que obstruyen los poros del suelo a través de los cuales circulan agua y oxígeno. También favorecen la formación de costras superficiales.

Zonas Arenosas

Los suelos arenosos constituyen un rango edafológico propio. Este tipo de suelos, generalmente asociados a la geografía costera, presentan además unas particularidades climáticas (régimen de vientos, de humedad y de sal) generalmente comunes, que han permitido desarrollar un tipo de vegetación propia, con unas características adaptativas que fácilmente identificables.

Zonas Encharcadas

Los suelos encharcados son suelos con mal drenaje y una gran capacidad de retención de agua. Estas circunstancias se dan en suelos arcillosos muy compactados. El encharcamiento del suelo provoca problemas de aireación y asfixia en las raíces de las plantas. En muchos casos, la acumulación de agua se produce en capas subterráneas del suelo, no siendo visible desde el exterior. De hecho, los síntomas externos en la planta pueden hacernos creer que la planta sufre sequía, cuando en realidad sufre exceso de agua y encharcamiento de la raíces.

¿Cuáles son las mejores semillas para restauración paisajística?

Las mejores semillas para la restauración paisajística son aquellas que se adaptan bien al clima y al suelo del área a restaurar. Semillas nativas de plantas herbáceas, arbustos y árboles suelen ser la mejor opción, ya que ya están adaptadas a las condiciones locales.

Algunos ejemplos de buenas semillas nativas son zacate buffel, zacate navajita, mezquite, huizache, palma samandoca, ocotillo y palo verde. Estas semillas ayudan a restablecer la vegetación nativa, proveen hábitat para la vida silvestre, previenen la erosión del suelo y embellecen el paisaje. Otras consideraciones al elegir semillas son la disponibilidad, el costo y si requieren algún tratamiento especial antes de sembrarlas. Una mezcla diversa de semillas nativas es ideal para imitar la vegetación original de un área. Con planeación y siembra de buenas semillas se puede lograr una exitosa restauración paisajística.

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